én meg... a tavasz távollétében újra írom verseimet....(most csak spanyolul, és nem sajnálom)“Hasta la orilla del Océano hay huellas
más allá del Océano no queda rastro alguno”
Rumí, Jalâl-ol Din Mohammad
A C.F. mi amigo, promesa en la lejanía
El león del desierto
I
Quiero decirle a alguien,
Mas no encuentro a quién,
Que tantos cuerpos junto a mi cuerpo
No son más que muerte junto a mi muerte.
Quiero decirle a alguien,
Mas no encuentro a quién,
Que busco los astros celestes
Hastiado de los encuentros mundanos.
Quiero decirle a alguien,
Mas no encuentro a quién,
Que quiero su corazón cercano
Porque me asusta esta situación
De ausencia de palpitares…
Que quiero que mi corazón lata…
Que quiero amar de repente…
II
Como sombra que surca las arenas ardientes,
Como espectro que se adentra por la noche oscura,
Vivo, sobrevivo: muero. Fiel a mi locura,
Masticando vida, a duras penas, con mis dientes;
Alardeando de visión nocturna entre videntes.
Me adentro en mí mismo sin huir de la vida dura:
Sólo quien se conoce entiende qué le rodea.
Busco en mí, pues, pistas del mundo que me bordea,
Para seguir, luego, caminando con bravura
Renovada, pies ligeros, sin cabalgadura.
Porque, a pesar de lo que sea, soy flecha que arquea
La vida a su paso, soy rayo en vidas ardientes,
Soy luz: corazón que palpita ante astros silentes.
Más que vivir, soy quien todas las vidas recrea,
Porque yo soy la medida, quien así desea.
III
Avanzo: doy un paso; me detengo y titubeo.
Vacío y solo me yergo, me pudro y combato;
Cascarón que se quiebra por huero, en mí me abato,
Sueño despierto y muero inundado por el deseo…
Me pierdo en tus formas de volcán en el que me horneo
Y derramo noches sobre mi alma y tu cuerpo grato.
Te sueño con mi piel y con mis labios te busco,
Inserto en tu contorno, pues sin ti me pierdo y ofusco…
Pero avanzo: me dejo arrastrar, todo lo acato
Mas con la rebeldía del vencido me bato.
Antes que canto rodado me esfuerzo en ser pedrusco
Con aristas y salientes mientras me redondeo
Por la fuerza de esta corriente en la que me veo;
Y, a medio camino entre ser coral o molusco,
Quiero ser salmón: remontar este caudal brusco…
IV
Y esta samá que llega así, con su cascada de besos
Y sus pechos desnudos bajo la ropa ligera.
En la libertad de tus labios alcanzo el vuelo
De tu sonrisa ascendiendo en beso hasta tu boca.
Me has encadenado con uno solo de tus cabellos
Más fuertemente que con aceros y metales…
Si sometes al león, ¿qué hará él cuando lo sueltes de nuevo
En la selva o en el desierto de tu ausencia perenne?
Gacela del amor perdido
De otro, será de otro. De otro los besos
Que sueño míos, de otro sus abrazos,
De otro su cuerpo, de otro sus excesos.
Quiero olvidarle, desatar mis lazos,
Cerrar mi herida, recordar que es de otro,
De otro sus sueños, de otro sus emplazos.
De otro será su corazón, sí, de otro,
Lo sé. Sus risas, su frescor, su gozo,
Sus jadeos de amor, sus suspiros… de otro.
Recojo mis pedazos trozo a trozo,
Me recompongo pretendiendo amnesia
Pero el olvido no arregla el destrozo.
Le añoro tanto que no hallo anestesia,
Distracción posible, ni más consuelo,
Porque en mi pecho construí su iglesia:
Mi corazón era capilla y celo
Mi devoción, peregrinaje hacía
Por alcanzar en sus labios mi cielo.
Será ahora de otro, de otro su alegría,
La primavera de su cuerpo en flor,
De otro su amanecer de cada día…
De otro, será de otro. De otro su amor,
De otro su mar embravecida y fuerte,
Su entrega, su huracán arrasador.
¿Qué nos pasó? ¿Cómo pude perderte?
¿Qué convirtió nuestro dulce amor, hiel?
¿Cómo lo eterno encontró al fin la muerte?
Pero ahora es otro quien liba la miel
Del cáliz corolado de su boca,
Los labios de otro vagan por su piel
Siguiendo los senderos que mi boca
Trazó con mil besos sobre su vientre,
De otro el derecho de horadar la roca
De su seno y otro será quien encuentre
Las altas y potentes cimas de su cordillera,
En mis nidos ahora vacíos se adentre,
Resida su carne encrespada y fiera,
Su forma suave, su calor, su entrega,
Y se hará marañas con su cabellera.
Como yo antaño beberá de su vega
Hasta quedar ebrio, hasta quedar fundido
Con su pecho en sueños que amor despliega…
De otro, será de otro. Y me siento herido,
Vulnerado, solo en lo más profundo,
Porque ya no está, porque le he perdido.
De otro será su crepitar fecundo,
De otro que no soy yo, ni lo seré.
De otro es, y al perderle perdí mi mundo.
Pues yo le amaba. Sin duda le amé.
Besaba el suelo que su pié pisaba,
Adorar su cuerpo era toda mi fe…
Como decía el poeta, todo acaba:
Los brazos de otro son su fortaleza,
Tal vez otro encuentre en el su Kaaba,
Mas para mí solo es noche que empieza.
Espadas del silencio
I
Amor… ¿Amor?: ¡Dolor! Llama cruel que me devoras,
Que con ausencias me arrebatas toda cordura,
Haces tormento los silencios, miedo mi bravura,
Insomnio las noches, y eterno el paso de las horas
Mientras deseo lo que no tengo, lo que demoras.
Tirano salvaje, herida que se abre y perdura,
Soledad que evoca mil tormentas interiores,
Me llenas de sueños para darme desamores,
Dolor incesante, ceguera profunda y obscura,
Lágrimas de necedad obsesiva y locura.
Lacerador de corazones que das temores
De ausencias al solitario mientras aminoras
El tiempo en las compañías en las que tú moras.
Tú me haces de la vida tormentos y dolores
Mientras le aportas sentido y llenas de colores.
II
¿Por qué te agitas, mi corazón, de esta manera?
Tan sólo unos ojos eran que tal vez miraban,
Tan sólo unos labios que sonrisa cortés daban,
Tan sólo un rostro hermoso como el de otro cualquiera,
Su corazón, tal vez, enamorado tuviera.
Tanto amas, con tanta facilidad, que se acaban
En feto tus amores y pareces no amar
Pues tan pronto amas como olvidas y en su lugar
Nuevos ojos, labios y rostros que antes no estaban
Se arremolinan y empujan, y en tu ser se graban.
Cansado me tienes, harto y sin ganas de amar.
Más te quisiera esculpido en mármol o en madera,
Mecánica y científica bomba de primera.
Tú en tu circulación sanguínea, yo en un bar
Que sirva soledades como mayor manjar.
III
¡Oh, noche!
Oscura cabellera engarzada a mis pestañas
Que provocas oquedades en mi lecho
Y te ocultas silencioso en los rincones de mi casa…
¡Encenderé una bombilla, una lámpara eléctrica:
Prodigio de la técnica;
Para conjurarte!
Pero no lo hago.
Prefiero seguir culpándote a ti
Del silencio de mi casa,
La oquedad de mi lecho
Y la ceguera de mi corazón que a mis ojos se asoma…
IV
Yo callo, sepulcralmente,
Mientras tú me clavas en tus pupilas
Intentando conjurar las ausencias
Que te provoca mi silencio.
Mis labios sellados son para ti puerta cerrada,
Extenso muro que bombardear con tu mirada primero,
Con tus manos sobre las mías después,
Con tus labios contra los míos al final…
Tus ojos perforando
Quisieran desentrañar arcanos oscuros,
Vacíos insondables
En palabras tristes que el olvido arrastra.
Tan sólo mi piel puede decirte lo que tus oídos anhelan:
En forma de caricia,
En forma de beso,
En forma de abrazo…
¿Cómo te llegaré a encontrar?
Quién hoy no vea señales del rostro esplendoroso del Amigo
no gozará mañana de su encuentro
Te busco, me duermo y te vuelvo a buscar.
Intermitente, soy como una luciérnaga
Perdida en la inmensidad de la noche…
¿Cómo te llegaré a encontrar
Si tú no enciendes para mí
Soles de llama eterna?
Te busco, me duermo y te vuelvo a buscar.
En picado, soy como un arroyo
Precipitado por entre las rocas tras la tempestad…
¿Cómo te llegaré a encontrar
Si tú no abres para mí
Cauces de corriente continua?
Te busco, me duermo y te vuelvo a buscar.
En balde, soy como un sonámbulo
Dormido mientras avanza sus pasos…
¿Cómo te llegaré a encontrar
Si tú no vienes hasta mí
Y me despiertas para siempre?
Te busco, me duermo y te vuelvo a buscar…
2008-04-05, Szp.